ILUSTRAR PARA CONTAR.

Compartir historias emprendedoras nos ayuda a comprender el trabajo de cada una y también nos ayuda a conectarnos, hoy te quiero presentar a Cata, ¡que tiene mucho para aportar a tu marca!

Cata Lindholm es la hija de un gran gran fotógrafo que un día me llamó y me dijo «tenes que conocer a mi hija porque es genial lo que hace» y claro ¿quien no diría así de un hijo? pero de verdad, cuando comencé a seguirla y conocer su trabajo, yo también me enamoré y es por eso que quiere ¡compartirlo con ustedes hoy!

Cata (28) nació Salta y desde que tiene uso de razón, utiliza al dibujo como su forma de comunicar. Recuerda pasar horas en su cuarto dibujando en un pizarrón que tenía en la pared, o en las servilletas durante el almuerzo, hasta que pronto sus papás lo notaron y la inscribieron en un taller de arte. Con el tiempo conoció el “Paint”, y mientras otros chicos de su edad jugaban a la computadora, ella se pasaba horas dibujando en la pantalla; sin saber aún, que ese sería el puntapié de la carrera que fue formando hasta hoy.

Cuando terminó el colegio, se fue a estudiar Diseño de Indumentaria y Textil a Córdoba, carrera que complementó luego con la de Diseño Gráfico, un mundo en el que se sentía mucho más identificada. Este universo reflejado en composiciones y formas, sumado a un entorno creativo y de personas inspiradoras, se volvieron parte de su día a día, y pronto lanzó su propia marca de indumentaria. De esta forma, comenzó a participar de los circuitos creativos y artísticos de una de las ciudades más cautivadoras y energizantes en las que le tocó habitar.

Tras varios años en la vorágine de la ciudad; decidió que sería momento de un descanso y una re-conección consigo misma y la naturaleza. Se fue a vivir a Nueva Zelanda, entre lagos y montañas, comenzó a vivir de una forma más lenta y equilibrada, conectándose consigo de una forma más profunda. Al año, decidió viajar un tiempo por el Sudeste Asiático, en donde aprendió de culturas completamente diferentes y de sus formas de transitar la vida, con otros ritmos, colores y tradiciones.

Al año siguiente, se fue a vivir a Australia, entre la playa y el desierto, siguiendo el camino del auto descubrimiento; aunque se dió cuenta de que ya era momento necesario de volcar todo lo aprendido al papel. Contar todo aquello que estaba viviendo, todo en lo que se había involucrado, todas aquellas cosas que le importaban. Y como no podría comunicarlo de una forma diferente, volvió a lo que hace desde niña; contar sus historias a través del dibujo.

Después de 10 años afuera, la pandemia me devolvió a Salta. Me dí cuenta de que estos años afuera, habían sido como una nueva universidad para mí y sin dudas lo que más rescato de ellos, es que aprendí a no culpar al contexto, sino a sacarle el mayor provecho posible. Y eso fue lo que me pasó durante el 2020, cuando por fín, despues de tanto tiempo, pude quedarme quieta.
En esta pausa, supe sin ningún lugar a dudas que quería dedicarme a la ilustración y como alguien me dijo alguna vez, “ las cosas son 20% talento, 80% dedicación”, por lo que comencé a estudiar, postularme a proyectos, concursos y seguir estudiando. Actualmente estoy cursando un Posgrado de Ilustración Profesional en la UBA.


Tras mucho trabajo y dedicación, comenzaron a verse los frutos; ilustré la portada del libro “Que la corriente me arrastre”, de Milagros Amondaray (periodista de Diario La Nación), ilustré la 2da y 11va edición de la revista Dot Parker (Buenos Aires), trabajé para proyectos ilustrados en Chile, Perú, Sydney, y actualmente trabajo para agencias en Berlín y Los Angeles.

Mis trabajos son una extensión de lo que yo soy, de los lugares que visité, de las cosas que viví. Por ende, hablan un poco de mí, pero tambien de la forma en que percibo el mundo. Hay temas que me sensibilizan y movilizan más que otros, y que inevitablemente tengo que comunicar. La urgencia climática que estamos viviendo, la lucha de las mujeres, la aceptación a distintas formas de amor (LGTB) y de las dife-
rentes culturas. Y ya desde Salta, me conmueven enormemente las culturas indígenas, sus montañas, símbolos, historias, creencias y todo su legado.

Con respecto a lo artístico y creativo, creo que Salta se encuentra en auge, y eso es algo que me encantó percibir al volver. La música siempre estuvo muy presente, creo que todo salteño tiene una guitarra, aunque también se está viendo una nueva generación movilizada por muchas expresiones artísticas en general.

 

En cuanto al diseño e ilustración, creo que todavía somos poquitos, ojalá cada día seamos más, ya que considero fundamental generar una comunidad creativa que nos fortalezca, nos motive y nos dé una impronta que pise más fuerte.

Como consejo a quienes todavía están dudando si animarse o no, solo puedo decir que todo lo que se hace con paciencia y dedicación, inevitablemente va a salir bien, sobretodo si realmente creemos en lo que hacemos. El mundo necesita gente que comunique y deje este lugar un poquito mejor de lo que lo encontró, y creo que la ilustración y la
creatividad en general, son un excelente medio de comunicación.

         19/05/2021        BLOG, HOME-BANNER

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*