A una altura de 2600 metros sobre el nivel del mar, en Cachi, se encuentra la plantación de viñedos y la planta elaboradora de Bodega PUNA. ¡Te la presentamos en esta nota!
Cachi es un pueblo que nace en la unión de los ríos Cachi y Calchaquí a 2.280 msnm. Es parte del Valle Calchaquí, rodeado de cerros y montañas, perteneciente a la pre-cordillera de los Andes. El poblado es estilo colonial, conservando la arquitectura precolombina.
La bodega Puna, que nos invita hoy a los Valles, fue creada en 2017. Así nos cuenta Olivia Dellepiane, Brand Ambassador de la marca. Los viñedos están desde hace 3 años y más. La uva se adaptó al terruño, antes había pimentón y cebolla cuyos sabores quedaron en la tierra aportando un toque especial al vino según cada variedad.
Es un vino de altura, cosecha 2017 con aroma frutado, ligero, fresco y bien tolerado para acompañar el plato. Las cepas cultivadas son: chardonnay, cabernet sauvignon, cabernet franc, tempranillo, malbec y torrontés. Es fácil de tomar y es un vino cuidado, donde cada racimo y cada grano en la cosecha es clasificado uno a uno. La cosecha se realiza manualmente por trabajadores, muchos de ellos pertenecientes a una comunidad diaguita, nativa del lugar.
La altura de los viñedos, el clima, la amplitud térmica, los rayos ultravioletas de la zona y la tierra, hacen que sus vinos tengan características únicas. La bodega, cuenta con tecnología de primer nivel para la vinificación, única en la zona y el proceso de elaboración de los vinos desde la cosecha hasta su envasado final, se hace cumpliendo con los estándares de calidad exigidos en mercados nacionales e internacionales de excelencia, lo que les permite su comercialización en el mundo, mientras mantienen en la cosecha la recolección manual y la selección de granos en forma manual también a fin de lograr vinos de calidad en virtud del cuidado y la selección de los granos realizada por personas.
Luis Asmet, enólogo de la Bodega.
Las precipitaciones estivales en promedio no superan los 100-150 mm anuales. Esto, como es obvio pensar indica una situación de semi-aridez para la zona. Supone además tener en cuenta el origen del agua de riego, que en su mayoría proceden del deshielo en las Altas cumbres y que además recibe un aporte estacional, en el verano, de las lluvias. Este aporte estacional trae una carga de nutrientes y minerales que requiere, se controlen permanentemente sus características para obtener el mejor resultado en el crecimiento de las plantas y evitar toxicidades.
La insolación tiene como efecto la producción de procesos fotosintéticos más prolongados y por esto con mayor producción de azúcares y fotoasimilados en general (taninos, polifenoles, antocianas, etc). Esto resulta de que a un día con gran radiación solar, le corresponden procesos fotosintéticos más prolongados, como resultado mayor acumulación de azucares disponibles en la uva madura.
Todos estos compuestos presentes en las uvas, se producen en gran cantidad en las condiciones descriptas de la zona de estos viñedos, acumulándose, principalmente en los hollejos y semillas y trasmitidos al vino durante los procesos fermentativos.
Para esta temporada, la Bodega PUNA nos invitó a degustar los vinos de la cosecha 2017 Torrontés, Torrontés dulce y Malbec y prometiendo para junio de 2018, el lanzamiento del Malbec Reserva que se encuentra añejándose en barricas de roble francés de primer uso. Además, nos esperan con la apertura de su espacio gastronómico para conocer una carta innovadora y pensada especialmente para acompañar cada varietal.
¡No vemos la hora de visitarla!
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